
La mayoría de los matrimonios no comienzan con una vida sexual fría sin el interés y la atracción de uno de los cónyuges por el otro. Sin embargo, eso sucede con el tiempo en muchas relaciones.
Y la verdad es que no podemos simplemente culpar a la llegada de los hijos, hay hábitos que adquirimos que acaban con la vida sexual de la pareja.
Hoy vemos con mayor claridad que si bien el sexo nace de impulsos naturales que en última instancia conducen a la creación de una nueva vida, no solo es posible sino necesario que la razón asegure que se vivan satisfactoriamente.
Vivir una sexualidad sana no solo significa dejar correr los deseos, sino vivirlos con respeto a ti mismo y con el equilibrio necesario para la vida en sociedad.
Después de todo, nuestra salud mental también está estrechamente relacionada con nuestras relaciones con los demás.

Vivir una sexualidad saludable
Hemos enumerado algunos hábitos que arruinan la vida sexual de una pareja casada. Echa un vistazo a estos ocho puntos y, si es necesario, prepárate para cambiar algunos hábitos para asegurar ese momento de intimidad en la vida de la pareja:
Pereza
La pereza puede convertirse en uno de los mayores enemigos de la vida sexual en el matrimonio. Al igual que el ejercicio físico, mantener relaciones sexuales requiere esfuerzo, disposición y, en ocasiones, planificación. Sin embargo, los beneficios emocionales y físicos son enormes: fortalece el vínculo de pareja, mejora el estado de ánimo, reduce el estrés y estimula la producción de hormonas del bienestar como la oxitocina y la serotonina. La rutina diaria, el cansancio o la falta de motivación pueden hacer que la intimidad se vea relegada a un segundo plano, pero es precisamente en esos momentos cuando más se necesita reconectar. Incorporar pequeños gestos de cariño, romper con la monotonía y dedicar tiempo de calidad a la pareja puede marcar una gran diferencia en la relación. Superar la pereza es clave para mantener una vida matrimonial activa, saludable y llena de complicidad.
Rutina

El sexo puede volverse muy predecible con el tiempo. Es fácil acostumbrarse a hacer lo mismo una y otra vez. Lo más importante es conectarse y hacer algo juntos, y esto a menudo requerirá salir de la rutina.
No cuidar tu cuerpo
No cuidar tu cuerpo puede tener un impacto directo y significativo en tu vida sexual dentro del matrimonio. Una alimentación poco saludable, el sedentarismo y la falta de chequeos médicos regulares no solo afectan tu salud física, sino también tu deseo y rendimiento sexual. Mantener una dieta balanceada, hacer ejercicio con frecuencia y dormir adecuadamente ayudan a mejorar la circulación, aumentar los niveles de energía y equilibrar las hormonas, todos factores clave para una vida íntima plena. Además, acudir a revisiones médicas periódicas permite detectar a tiempo cualquier condición que pueda interferir con la sexualidad, como desequilibrios hormonales, estrés o enfermedades crónicas. Cuidar de tu cuerpo no es solo una cuestión estética, sino una muestra de amor propio y hacia tu pareja, que fortalece la conexión física y emocional en la relación.
Falta de comunicación
La falta de comunicación es uno de los hábitos más destructivos para la vida sexual en el matrimonio. El buen sexo no solo se basa en el deseo físico, sino en una sólida conexión emocional que se construye y mantiene a través del diálogo abierto y sincero. Cuando los cónyuges dejan de hablar sobre sus emociones, necesidades, inquietudes o deseos, se va generando una distancia que enfría la relación. Esta desconexión emocional puede traducirse en una falta de intimidad física, ya que el deseo muchas veces nace del entendimiento mutuo y la complicidad. Reavivar la comunicación, practicar la escucha activa y dedicar tiempo para hablar sin distracciones puede ser clave para recuperar la intimidad y fortalecer la relación en todos los aspectos.
Comparte tus emociones, dolores y miedos.
Habla a menudo sobre tu relación y tu vida sexual: lo que te gusta y lo que te excita. Habla durante el sexo. Nunca dejes de comunicarte sin importar lo que estés haciendo.
Falta de sueño
La falta de sueño es uno de los factores más subestimados que afectan negativamente la vida sexual en el matrimonio, especialmente en parejas con hijos. Cuando el descanso es insuficiente, el cuerpo se siente agotado, el deseo sexual disminuye y la irritabilidad aumenta, lo que puede generar tensiones en la relación. Además, el cansancio constante reduce la capacidad de disfrutar del momento íntimo, volviéndolo una tarea más que un encuentro de conexión emocional. Para muchas parejas, el único momento disponible para la intimidad es después de que los niños se han dormido, pero si no hay energía ni disposición mental, esa oportunidad se pierde. Establecer una rutina de sueño saludable, compartir responsabilidades y priorizar el descanso es esencial no solo para la salud individual, sino también para mantener viva la pasión y el vínculo afectivo dentro del matrimonio.
Es tentador quedarse despierto hasta tarde y dormir muy poco. Pero la falta de sueño aumenta la ansiedad y afecta la productividad, al igual que la libido.

Negatividad
La negatividad dentro del matrimonio puede ser un verdadero asesino del deseo sexual. Pensar o hablar de forma crítica y constante sobre uno mismo o sobre la pareja genera un ambiente emocional tenso y poco propicio para la intimidad. Comentarios hirientes, reproches frecuentes o la falta de reconocimiento pueden erosionar la conexión emocional, esencial para mantener viva la atracción y el deseo. Además, la autoestima también se ve afectada cuando uno de los cónyuges se siente menospreciado o no valorado, lo cual repercute directamente en su disposición para el encuentro íntimo. Fomentar una comunicación positiva, expresar gratitud y fortalecer la empatía puede transformar la relación, revitalizar la vida sexual y nutrir un vínculo más sano y duradero.
Sea siempre amable cuando hable sobre su apariencia física y la de su cónyuge.
Cuando las personas no se sienten bien consigo mismas, se muestran menos entusiasmadas con el sexo.
Dormir junto a los niños

Está bien que su hijo duerma en su habitación de vez en cuando. Si está teniendo una pesadilla o tiene miedo de una tormenta, está bien darle una sensación de seguridad. Pero eso se convierte en un problema cuando se convierte en un hábito. Tu dormitorio debe estar reservado para ti y tu cónyuge.
P0rnografía
Hay quienes dicen que ver contenido pornográfico juntos es bueno para la vida de una pareja, pero no hay datos que lo respalden. Por el contrario, este tipo de consumo material está en la base de una buena parte de los divorcios.
Una vida sexual plena y saludable dentro del matrimonio no solo fortalece el vínculo emocional entre los cónyuges, sino que también mejora la calidad de vida y el bienestar mental de ambos. Identificar y corregir los hábitos que afectan negativamente la intimidad es fundamental para mantener la conexión, el deseo y la complicidad en la relación. Priorizar el diálogo, el respeto mutuo y el tiempo de calidad es clave para revitalizar la pasión y construir una vida en pareja más armoniosa y duradera.